jueves, 3 de enero de 2008

El Metropolitan en la blogsfera

El museo neoyorkino acaba de dejar patidifuso al mundillo museístico con una iniciativa que esperemos que siente cátedra. Su última exposición, que inauguró en diciembre, tiene la peculiaridad que puede visitarse tanto físicamente, desplanzándose uno hasta su sede junto a Central Park, o de manera virtual, a través de un blog abierto para la ocasión, que además patrocina nuestro diseñador de calzado más internacional (tanto, que ya es más británico que español), Manolo Blahnik.

La muestra en cuestión es un recorrido a través de la historia de la moda desde el siglo XVIII hasta hoy y en ella se encuentran piezas singulares que ayudan a entender la evolución, tales como un sombrero de seda francés de 1830, unos zapatos turcos de seda de 1850, una combinación de Estados Unidos de algodón blanco y ribetes de 1827, un vestido de noche austriaco de seda de 1910 o un abrigo de noche francés de 1918.

Repasa también el siglo XX con prendas de Coco Chanel, Christian Dior, John Galliano o Jean Paul Gaultier, entre muchos otros, de los cuales destacamos al mallorquín Miguel Adrover, con un conjunto que elaboró con tela de un viejo colchón del escritor inglés Quentin Crisp, todo un icono gay en los 70. Y siguiendo con el apartado nacional, apuntar que también se incluyen algunos Manolos, como las botas Dots o los de cuero negro Bhutan.

El blog del MET no sólo pone a disposición de todo el mundo las imágenes de estas piezas, sino que además nos concede la explicación de mano de los mismos comisarios de la exposición, Harold Koda y Andrew Bolton, y nos da la oportunidad de opinar, comentar e incluso preguntar. Una vez clausuren la muestra, el Metropolitan, junto con la editorial Yale University Press, tienen previsto publicar un libro conmemorativo del experimento, con imágenes de las prendas y los comentarios de los comisarios, junto a una selección de los mejores pasajes escritos por los internautas.

Es un ejemplo de más del poder democratizador de Internet. Todo un lujo. Sin duda, tener la oportunidad de viajar a Nueva York y visitar el MET es una vivencia extraordinaria, pero ante las dificultades con las que siempre condicionan tiempo y presupuesto, merece un aplauso la oportunidad que nos brinda el museo de ver, aprender y reflexionar desde cualquier rincón del planeta. Esperemos que en España tomen nota de ello otras instituciones de raíz similar, función divulgadora y financiación pública.

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