martes, 9 de septiembre de 2008

080, desangelado

Esta vez, eligieron mal el sitio. La 080 Barcelona Fashion, pasarela + showroom comercial, se celebró la semana pasada en el pabellón 8 de Fira de Barcelona, el mismo que utiliza la Bread & Butter para la estrella del salón: Denim. Claro, acostumbrados a entrar en él arrastrados por una marabunta humana y, una vez dentro, vernos rodeados de stands enormes y repletos de gente, pasillos a rebosar, música ensordecedora, todo-guai-todo-cool, con la Moritz en la mano... y hacerlo ahora, oh! tan vacío. Parecía como si en julio una explosión hubiese devastado el Bread & Butter y hubiese dejado en pie, tímidos y tambaleantes, cuatro stands dispuestos unos por allí, otros por allá, y por ahí al fondo, ups! una pasarela.

Ay ay ay, esta vez que aciertan con las fechas, resbalan con el lugar. Lo que me sorprende es que si la organización es consciente del tamaño del acontecimiento, de su proyección y sus aspiraciones, ¿por qué eligen un mega pabellón del recinto ferial? Se veía tan desangelado. Ésta es una pasarela de jóvenes diseñadores que interesa a prensa, inversores y compradores en busca de ideas nuevas, arriesgadas y vanguardistas. En el universo de la moda de España, este colectivo si llega a representar un 5% del total ya nos podemos dar con un canto en los dientes. Por tanto, quizás lo mejor sería encajarlo en un espacio a su medida para evitar que este 5% no se pierda por los rincones.

Durante el 080 me preguntaron si este 5% bien valía los 1,2 millones de dinero público que el gobierno catalán se gasta en cada edición. Pues sí... y no. No, porque sigo pensando que la cifra es desorbitada para lo que en realidad es. Cierto que la organización fue impecable, que el servicio de prensa fue excelente, que la atención fue buena, el material entregado, sensacional... pero no por ello deja de ser algo pequeño. No se le puede dar la magnitud económica de un Cibeles o una desaparecida Gaudí.

De todos modos, creo que sí bien vale la pena porque este 5% es importantísimo. Son los que deciden what´s next: son las revistas más cool, los coolhunter más cool y las tiendas más cool de las ciudades más cool. Todos ellos tendrían que estar ahí (otra cosa es que estén, clarostá).

En el caso de que estén: Si éstos elevan a la categoría de coolest a uno de los diseñadores de la 080, no sólo impulsan su carrera y ponen en marcha a toda una mini industria a su alrededor, sino que dan fe de la pasarela, la consolidan como plataforma de talento y generan con ello una onda expansiva entre los ambientillos más cool del resto del planeta. Y así, de cool a cool, tiro porque me toca y Barcelona se convierte en lo más del mundo mundial.

¿Y por qué la Generalitat nos quiere tan cool? Porque en un momento en el que son las ideas y no la industria lo que genera riqueza, se precisa urgentemente de éstas. Urge talento para hacer mover la rueda de la economía. Ideas que seduzcan, que otorguen valor a un producto o servicio, por las que el consumidor se emocione y esté dispuesto a pagar un poquito más. Si consiguen convertir Barcelona en un hervidero de ideas, podría ser gran foco de atracción de inversión.

De todos modos, y visto lo visto, al 080 le queda muuuuuuucho camino todavía por recorrer.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Este invierno me quedo con...


. El romanticismo de McQueen
. El deshilachado de Rodarte
. El Custo más vibrante
. La crinolina de Rei Kawakubo
. Los vestido-coraza de Nicolas de Guesquière para Balenciaga
. La delicadeza melancólica de Donna Karan
. La teatralidad oscura y poética de Gareth Pugh
. El mini bolso de bolas de Fendi
. Y el maxi bolso con solapa de madera art decó de Ports 1961
. La silueta de Haider Ackerman
. Las iridiscencias de Prada (mucho mejor que los encajes)
. La blusa construida con piezas metálicas de Cristina Ortiz para Salvatore Ferragamo
. Fiel al menos es más de Calvin Klein
. La caza del zorro, por Carolina Herrera
. El chic très-chic de Ralph Lauren

Y otros diez más:


. Las grapas incorformistas de Viktor&Rolf
. La candidez hippie de Stella McCartney
. Tan excéntrica, tan chic! Es Marc Jacobs para Louis Vuitton
. Alber Elbaz para Lanvin, se supera temporada tras temporada
. El Kenzo más oriental
. La majestuosa sencillez de Lutz
. El male-female de Antonio Marras
. El homenaje de Galliano a Poiret
. Jeremy Scott: si la moda es arte, lo mejor que podría uno hacer es ponerle un marco
. Y la excelencia en paño y piel de Gaultier

Valencia power


En Valencia están que se salen. ¡Qué lejos queda aquella Pasarela del Carmen! Desde que Álex Vidal tomó las riendas del espectáculo y quedó fuera Montesinos, si bien es cierto que la pasarela ha perdido simpatía, también lo es que ha ganado seriedad. Desde la Generalitat Valenciana se pedía rigor (caray! que aquello parecía un encuentro de golfillos... Pero tenía tanto encanto).

Ahora es más serio, sí, pero también cuesta el triple. Se ve que éste es el precio de la seriedad. Y la cifra debe de ser alta, porque ahora viene a inaugurar el mismísimo presidente del gobierno valenciano, Francisco Camps, y la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá. La pasarela de Valencia perdió a Francis, que era lo mejor que por ella desfilaba, y ahora la estrella es Álex Vidal que, como empresario, chapó, pero como diseñador, pues bien... ejem ejem, entre Cavalli y Versace, fiel al horror vacui valenciano.

El gran mérito de Vidal es que, gracias a sus tiendas, muchas marcas de lujo están hoy en Valencia y con ello tiene encantadas a las señoras de la high society local, que ya no tienen que desplazarse a Madrid o a Marbella para ir de compras. Además, tiene el detalle de invitarlas a sus desfiles y sentarlas en primera fila y, claro, ellas tocan allí el cielo del glamour, y eso, amigos míos, no tiene precio.

El objetivo de esta pasarela, que ya va por la quinta edición, es ser la versión levantina de Cibeles. Además de contar con la mayoría de diseñadores de la desaparecida Carmen, ha incorporado jóvenes creadores que despuntaban sin encontrar su lugar y a dos que salieron por la puerta de atrás de Cibeles: Ion Fiz y Anke Schlöder. Sus estrellas de cartel son Álex Vidal (e hijo), Hannibal Laguna y Dolores Cortés.

El resultado es una pasarela irregular, en la que las cuatro ideas interesantes que hay pasan casi desapercibidas porque el público, los aplausos y la prensa se lo llevan este trío de artistas: un empresario con excelentes contactos; un diseñador de boda y fiesta, y otra de bañadores, ambos habituales de Cibeles que, si bien allí, tienen una actuación más bien discreta, en casa son los reyes de la revista.

Oh! Olvidaba la noticia de esta edición: ¡el retorno de Esther Cañadas! La decisión de volver es valiente, porque ella sabe que, en esto de ser modelo, los años restan a la que los sumas. Pero quien tuvo retuvo y, allí, entre las jovenzuelas valencianas de piernecilla temblorosa, pasaba ella a paso firme y seguro, mirada al frente en busca del objetivo, y poniendo sobre la mesa todas las cartas de una buena modelo. No en vano ha sido uno de los figurines españoles más internacionales.