viernes, 5 de septiembre de 2008

Valencia power


En Valencia están que se salen. ¡Qué lejos queda aquella Pasarela del Carmen! Desde que Álex Vidal tomó las riendas del espectáculo y quedó fuera Montesinos, si bien es cierto que la pasarela ha perdido simpatía, también lo es que ha ganado seriedad. Desde la Generalitat Valenciana se pedía rigor (caray! que aquello parecía un encuentro de golfillos... Pero tenía tanto encanto).

Ahora es más serio, sí, pero también cuesta el triple. Se ve que éste es el precio de la seriedad. Y la cifra debe de ser alta, porque ahora viene a inaugurar el mismísimo presidente del gobierno valenciano, Francisco Camps, y la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá. La pasarela de Valencia perdió a Francis, que era lo mejor que por ella desfilaba, y ahora la estrella es Álex Vidal que, como empresario, chapó, pero como diseñador, pues bien... ejem ejem, entre Cavalli y Versace, fiel al horror vacui valenciano.

El gran mérito de Vidal es que, gracias a sus tiendas, muchas marcas de lujo están hoy en Valencia y con ello tiene encantadas a las señoras de la high society local, que ya no tienen que desplazarse a Madrid o a Marbella para ir de compras. Además, tiene el detalle de invitarlas a sus desfiles y sentarlas en primera fila y, claro, ellas tocan allí el cielo del glamour, y eso, amigos míos, no tiene precio.

El objetivo de esta pasarela, que ya va por la quinta edición, es ser la versión levantina de Cibeles. Además de contar con la mayoría de diseñadores de la desaparecida Carmen, ha incorporado jóvenes creadores que despuntaban sin encontrar su lugar y a dos que salieron por la puerta de atrás de Cibeles: Ion Fiz y Anke Schlöder. Sus estrellas de cartel son Álex Vidal (e hijo), Hannibal Laguna y Dolores Cortés.

El resultado es una pasarela irregular, en la que las cuatro ideas interesantes que hay pasan casi desapercibidas porque el público, los aplausos y la prensa se lo llevan este trío de artistas: un empresario con excelentes contactos; un diseñador de boda y fiesta, y otra de bañadores, ambos habituales de Cibeles que, si bien allí, tienen una actuación más bien discreta, en casa son los reyes de la revista.

Oh! Olvidaba la noticia de esta edición: ¡el retorno de Esther Cañadas! La decisión de volver es valiente, porque ella sabe que, en esto de ser modelo, los años restan a la que los sumas. Pero quien tuvo retuvo y, allí, entre las jovenzuelas valencianas de piernecilla temblorosa, pasaba ella a paso firme y seguro, mirada al frente en busca del objetivo, y poniendo sobre la mesa todas las cartas de una buena modelo. No en vano ha sido uno de los figurines españoles más internacionales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero, ¿en que pasarela del mundo mundial se ha visto a un diseñador ejercer también como director ejecutivo?.¿Donde esta la seriedad?. Por cierto al hijito le hace falta un buen cambio de look.