lunes, 31 de marzo de 2008

Una plegaria para la moda catalana


ModaFad entregó el dosier de prensa del PasaFad y el MerkaFad en el interior de una estatuita de la virgen de Fátima que hace las veces de pen drive y que, cuando la conectas al ordenador, la ilumina una parpadeante luz roja interior. Ah! Me encanta la ironía de este colectivo de diseñadores que siempre han sido los más beneficiados de las peleas entre Generalitat de Catalunya y pasarelas oficiales. A estas alturas de la película, desaparecida Gaudí, abandonada Passarel·la Barcelona y muerto el proyecto inicial del 080, a la moda catalana sólo queda rezar.

Barcelona ha dejado de competir con Madrid para empezar a hacerlo con el resto de pasarelas regionales que entre marzo y abril toman las principales capitales españolas. Los únicos que han dado algo de dignidad al cartel del 080 Barcelona Fashion han sido Txell Miras y su deconstructivismo belga y la exquisita Teresa Helbig. Y no nos engañemos, en esta edición, no ha destacado de manera especial ni la una ni la otra. La diseñadora de Sabadell, en plena revisión del concepto, optó por un dejà vú, y la barcelonesa, la sorpresa de la primera 080, nos dejó algo fríos. Descubrimos, eso sí, a Martin Lamothe.

El resto de propuestas están bien para una pasarela de emergentes, que no confundir con independientes. Definamos conceptos. Se entiende por emergente el recién graduado o el que presenta su primera colección; independiente es el que ya asoma la cabecita, produce y distribuye; y por último, el consagrado, a quien se conoce y se respeta. El primer proyecto de 080 planteaba una pasarela de independientes, porque para emergentes ya teníamos el PasaFad que, por cierto, acaba de llegar a su edición número 25 con una salud de hierro.

Ahora, con un plantel todavía muy verde y totalmente fuera de fechas, Barcelona deja de codearse con Madrid para hacerlo con A Coruña, donde se ha celebrado Lo + Fashion con 35 diseñadores; con Pasarela Abierta de Murcia; con Burgos, que tuvo un programa de 44 firmas... Pero lo más grave es que para promocionar a 12 diseñadores emergentes, el gobierno catalán desembolsa el 80% de 1,3 millones de euros y tiene la osadía de decir que entrega 60.000 euros más a ModaFad ¡que viene a organizar más o menos lo mismo... y que además tiene al incondicional Cervezas Moritz como patrocinador! Para comprar, Pasarela Abierta cuesta 150.000 euros por temporada.

Por supuesto que la Generalitat catalana ahorra dinero. En cada edición de la fallecida Gaudí invertía algo más de 3,5 millones de euros. Pero si ponemos en una balanza lo que era aquella y lo que es ésta... obtenemos la conclusión Fairy: que aunque costaba un poquito más, la obsoleta Gaudí cundía muchísimo. Aquella tenía la Pasarela Gaudí como tal, con una treintena de diseñadores, la mitad de ellos consagrados, y poder mediático; tenía además el Circuit, de dónde salieron nombres que hoy encontramos en Cibeles; y como no, nuestro PasaFad, con su plantel de emergentes. Completaba además el programa con exposiciones y algún que otro show y fashion party.

Esta 080 tiene doce diseñadores, la mitad de ellos extranjeros, con potencial, pero totalmente desconocidos. Y tiene también un showroom, en el que participan todos estos y cinco más. Y querían montar una exposición de Miriam Ocáriz, pero no les ha salido y la han pospuesto. Esto cuesta 1,3 millones de euros. El colofón: la voluntad de Antonio Miró, el estandarte del diseño de Barcelona, de abandonar la ciudad y asentarse en la semana de la moda masculina de París. El anuncio no fue bien recibido por el gobierno catalán, que le calificó de provinciano por tener más interés por el mercado nacional que internacional. Lo que hay que oír...

En resumen: si esta 080 no se pone las pilas, Barcelona se queda como pasarela de tercera regional. Al menos, en su edición cero tuvimos a Jose Castro, Josep Abril, Miriam Ponsa, Juan Pedro López, incluso a Antonio Miró, que estaba dispuesto a seguir en Barcelona aunque fuese en un Off; vino a darnos una charla el consultor de marcas de lujo Jean Jaques Picard; el Museo Textil y de la Indumentaria organizó una exposición sobre las pasarelas y ¡tuvimos una retrospectiva de Thierry Mugler! Ah! Y un recorrido artístico por Ciutat Vella. Costó dos millones de euros.

Quo vadis Barcelona

De hecho, el gobierno catalán ya se ha percatado de que esta pasarela no tiene nivel ni despierta ningún tipo de interés más allá de la prensa local (ni siquiera nacional) y ya ha propuesto a la organización del resto de acontecimientos fashion que se celebran en Barcelona de unirse para sumar fuerzas. De este modo, y pensando en 2009, igual se esfuerzan un poco más y montan algo más inspirado coincidiendo con el Bread & Butter. Fíjate tú, la misma conclusión a la que llegó la también fallecida Passarel·la Barcelona antes de caer en el ostracismo.

Al final, tal y como ocurrió con la extinción de los dinosaurios, aquí sólo sobrevivirán los seres más pequeños, es decir, el incombustible PasaFad. Este acontecimiento, que a veces se ha celebrado y otras no, que en un principio era una fiesta de fin de curso para que los estudiantes presentasen sus cosas, que vivió su época dorada con el pulso Gaudí-Cibeles y que hoy programa seis desfiles y su pase colectivo, sigue ahí con su carácter underground. A lo largo de su historia, ha dado nombres como Josep Abril, Miriam Ocáriz, Spastor o Ion Fiz.

Pasarán los años, los planes de moda, los políticos y las subvenciones, y allí quedará el PasaFad, igual que ahora. Seguirá proponiendo un tema a estudiantes y neófitos en la materia y entregando sus premios. El desfile empezará mil horas tarde, una espera que su patrocinador, Cervezas Moritz, intentará hacer más soportable. Al día siguiente montará el MerkaFad, el mercadillo más fashion donde compraremos lo más arty que encontremos abrumados todavía por la resaca cervecera. Es curioso, pero el PasaFad es el único que no necesita una virgen de Fátima a la que rezar rosarios.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pues no sé.
080 mal.
gaudí peor.

Privalia dijo...

Es una verdadera pena. la cosa pinta peor de lo que estaba. y ahora parece que los talentos consagrados se escapan. aunque como tú dices hay quien resiste. Uno de ellos es Josep Abril, que a partir del viernes 18 de abril comienza una campaña de precios en el club Privalia sin duda, es una ocasión para hacerse con alguno de sus diseño a precios exclusivos.

Anónimo dijo...

Es un circo, pero que cada uno debe elegir si quiere ser el payaso de del mundo de la moda...
para mi es un show para dar a conocer tu trabajo y sobre todo para los jóvenes diseñadores, creo que se le debería facilitar el poder desfilar en las pasarelas de nombre, porque los antiguo y los de nombren ya los conocemos todos, y sabemos donde encontrarlos..
bun abrazo